Usted está en deuda

Esta semana rememoro una conversación que me recordó la importancia de estar agradecido por lo que se tiene y dónde se está. En un mundo que constantemente nos empuja a gravitar alrededor de nuestro siguiente gran logro ó a compararnos con el vecino de al lado, podríamos arriesgarnos a ser negligentes con una actitud tan importante cómo el ser agradecido por lo que uno puede hacer el día de hoy.

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Una parada rápida en el supermercado de una ciudad rural mientras estaba de vacaciones, por una razón u otra traía puesta la camisa de la compañía con el pequeño logo en ella. Este no pasó desapercibido para el joven cajero que me atendía.

- Usted trabaja ahí Señor?

- Sí, así es.

- Sabe… me encantaría trabajar en un lugar así algún día. Es como mi sueño. Me gustan mucho las computadoras y me gustaría mucho ir a la capital para estudiar algo relacionado.

- Si realmente te apasiona deberías proponértelo  Aunque no tenés que ir tan largo, tenés el TEC o el INA por aquí cerca.

- Gracias Señor! Aquí está su factura, que tenga un bonito día. 

- Igualmente. Asegúrate de perseguir ese sueño. En serio. 

No mencionemos ahora el hecho de que vivo en un País en el que, a pesar de sus retos y desventuras de los que usualmente me quejo, permite una respuesta como esa para este muchacho. Una buena universidad y una buena escuela técnica (ambas estatales) con sucursales bastante cerca del lugar donde estábamos. Esto en sí mismo debería motivar a la reflexión y la gratitud.

Mencionemos que me siento bien acerca de las cosas que he alcanzado, pero no las considero particularmente excepcionales. No soy Bill Gates ni Linus Torvalds. No he comenzado mi propio negocio. Aún no ocupo una gerencia de primer nivel en mi compañía y no tengo un doctorado. De manera que no estoy realmente acostumbrado a pensar que lo que hago para ganarme la vida pueda ser una inspiración ni un sueño para alguien más. Sin embargo ese día aprendí en el sitio y momento menos esperado que en efecto así era.

Este es mi punto. La mayoría del tiempo estamos muy ocupados pensando sobre el mañana, las oportunidades que vendrán, las posiciones que perseguimos, o aquellos cuyo camino debemos seguir. Pero casi nunca tomamos tiempo para valorar el hoy, las oportunidades que nos trajeron aquí, y las personas a quienes les gustaría seguir nuestro camino.

Si usted no lo ha pensado todavía, le reto a que lo haga hoy.

Porque usted está en deuda no solo con usted mismo, con su familia, con sus oportunidades futuras o sus propios sueños. Usted está en deuda también con aquellos que sinceramente quisieran llegar tan lejos como usted ha llegado en su camino. Porque lo sepa usted o no, tiene tanto una oportunidad como una obligación de inspirar a alguien, posiblemente alguien más joven que usted, cada día. Viene incluido con el viaje.

- Sergio Calvo